Se acercan como cada año los entrañables días de diciembre en que las noticias, la televisión y los escaparates nos avisan de que ha llegado a nuestros hogares la maravillosa Navidad y si no lo sabes, es porque te está tocando al portero y como tienes la música para sordos no te enteras.
¡¡Vamos corre a abrir!! Que ya estás tardando, que la Navidad para ser distinto al cartero nunca llama dos veces.
Navidad, bonita palabra. La Navidad como conjunto son momentos de alegría para reunirse con la familia, comprar regalos, pasear por los belenes itinerantes, y la lotería. ¡Venga esos décimos! que si me la ofrecen no la puedo rechazar. Que, ¡cómpreme esa papeleta señora! -le dijeron a mi suegra, que si nos toca se va a arrepentir, la tiene hasta la María, sí, la María de su finca, la del sobre ático, que se lo dice porque sabe a ciencia cierta que la odia a muerte desde que es viuda y se quedó con el dinero de su difunto; un militar retirado cargado de plata, feo, feísimo el cabrón, pero muy buena persona con un corazón que no le cabía en el pecho. Por Navidad regalaba a todos los vecinos una caja de polvorones Toro Vega de su Tordesillas del alma. La viuda es todo lo contrario, no saluda a nadie y lleva un tren de vida que ni pa qué… sólo viste Louis Vuitton, Versace, o Prada, “es que no me combina nada con mi tono de piel” le dijo el otro día… Y pensó: “Ojalá te regalen un Lacoste y el cocodrilo te coma un teta, zorra!!”. Bueno, eso lo pensé yo cuando me lo contaba pero no se lo dije a mi suegra, pobrecita.
También se suelen comer castañas en las plazas de España de cualquier ciudad, mientras los niños juguetean con globos de figuras de elefante llenos de helio. Otros lloran porque su cervatillo ha logrado escapar de su frágil manita de niño tonto y se dirige a Orión en busca de las naves de Blade Runner..(que el vendedor de globos no sabe ná, le hace un nudo corredizo sin azocar el chicote que a las tres estiradas..fiuuu)
Pero la Navidad entre otras cosas es celebrar comidas familiares multitudinarias hasta las siete de la tarde, pero.... coño!! ¿Es que nos hemos vuelto locos o qué? Eso destroza el cuerpo. La digestión dice: los de arriba paren ya de enviar material que no damos abasto. Los ojos se te cierran y tienes un bajón del tres, sólo deseas tirarte en un sofá, pero debes aguantar pues es Navidad. El único que se alegra es el colesterol que sube disparado indirectamente proporcional al Ibex 35.
Un estudio reciente indica que el 98% de la población lo hace. El dos por ciento restante, tranquilos, no son humanos. Provienen de un planeta extraterrestre y se mezclaron entre nosotros. Abdujeron a unos ancianos del Imserso y con la tripa de un camello hicieron caretas para toda la familia. Seguro que nunca habéis visto al patriarca de la familia venir borracho de una fiestaca de empresa. Clarooo!! Señal de que no son humanos. Siempre hay una familia de estas en cada manzana. Son raros, los niños siempre llevan el pelo bien peinado y no juegan al fútbol, nunca celebran cumpleaños y no van a ver Avatar. Claro!!! Para no levantar sospechas… Inquietante también.
Hasta las siete de la tarde con el culo sudado, las piernas entumecidas pues la sangre se ha ido toda al estómago para ayudar a digerir los entremeses, las rancias aceitunas rellenas de la temporada pasada, sopa de Navidad y porsellaaaa (lechona para los peninsulares) con patatas y boniatos... (nunca mires a la cara a alguien cuando digas “boniato”, a un amigo mío de Vilafranca de Bonany le bajaron dos piños de un guantazo) y no se vayan todavía aún hay más…turrones variados del país, café y licor para rematar... Voy a reventar piensas, teniendo en cuenta de que la mayoría de los comensales ya ha usado el viejo truco del desenganche de botón calzonero para aumento de volumen estomacal justo antes de los postres, con el fin de que se puedan ir ajustando los polvorones, mantecados y bolitas de chocolate de esas que anuncia Isabel con su cara de quinceañera, en los huecos que quedan, como si del tetris se tratara o tratase. El botón era tu último cartucho, ya no hay mas comodines, toca aguantar hasta el final.
Entonces es cuando viene el brindar, con cava, champagne o sidra, clinc.. clinc... clinc... Insiste insistentemente y con insistencia superlativa, alguno de los comensales insensatos e insensibles repicando con la cucharilla de postre, aún con restos de chocolate, en la copa flauta; sus burbujitas etéreas aprovechan los golpes de ariete para subir por las paredes sin éxito de evasión. Todos en silencio. Feliz Navidad!! hip…grrr –un sutil eructo que sólo lo percibe el más cercano, te invita a reclinarte para no inhalar los vapores de la pitanza- y continúa… que podamos reunirnos muchos más años con salud y amor y mira a su mujer de soslayo, que le brinda una sonrisa perjudicada por la ventana entre los dientes, fruto de la crisis, y de la opción.. o Eurodisney o un implante dental con tornillo y así evitar las molestas corrientes de aire. Se lo pasaron bomba con Mikie y sus amigos.
Pues este episodio se repite un día y otro, en tu casa, en la mía o en la de él, siempre igual, año tras año, con más quilos y con más arrugas pero es una tradición, un rito que no debemos romper. Eso marca nuestra esencia y nuestro espíritu, lo llevamos escrito en la sangre con letras fenicias, fruto de nuestra historia que nos recuerda lo que antaño fuimos, lo que somos hoy y por muchos años si nos dejan.
Para que luego vengan los de fuera con sus renos y nos lo jodan, con lo bien que nos lo pasamos esperando nuestros Reyes Magos cargados de regalos para toda la familia. Mucho oro que está en alza, incienso a tope y mirra…. mirra?? Mirra cuántas cosas!
Y ya para acabar, una frase que dice mi gran admirado Godoy…
Todo lo que he dicho no es cierto… pero… ¿verdad que parece mentira?
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