viernes, 26 de noviembre de 2010

Cómo sobrevivir a un domingo hogareño


Podría hablar de cómo sobrevivir a la crisis, o cómo llegar a final de mes comiendo langosta y bebiendo Laurent Perrier Rosé, de la manera de viajar gratis en primera sólo haciéndote pasar por ciego o incluso cómo mejorar el sabor de tus paellas con un truco que sólo sabemos Carme Ruscalleda y servidor, pero amigos, no lo voy a hacer. No porque no os lo merezcáis, sino porque todo el mundo quiere saber: Cómo sobrevivir a un domingo hogareño sin un rasguño, sano y salvo, “saan and salvv” en inglés-cerrado.

Es sabido por todos los que me conocéis y seguís durante los últimos años, que soy muy dado a quedarme en casa los fines de semana y ordenar mi vida, ordenar mis pensamientos, ordenar todo lo espiritualmente ordenable, sí señor, ordenar todo.... menos ordenar la casa, mira que incoherencia. Pero la vida está llena de incoherencias, leía hace unos instantes sobre el vaticano... no sólo afirma que “separarse” es pecado sino que “juntarse” también, mira tú qué cosas.

Pues bien, llegado al punto de que superé la prueba del espar y con una gran calificación, me las prometía muy felices uno de esos domingos en que se ponía el candado y letrero ¡¡Hasta luego Lucass!! en el mundial de F1. Pero como la vida es muy perra, porque las desgracias nunca vienen solas, porque hola-nena- estás de toma bread y "suca" y porque madre no hay más que una, vaya putón también, y a tí te encontré en la calle y todo eso. Me escapo como gato escaldado..... miau!! .... de la acción "ordenar", pero caigo lastrado como con una losa de 200 kilos enganchada en los pies, con su hermano gemelo de la primera conjugación "reparar"...vaya tela!!!

Reparar me encanta, soy realmente un auténtico reparador y disfruto con ello, de hecho, me encanta ir a casa de un amigo si precisan mi ayuda. Pero hay que distinguir dos tipos de reparaciones, las perentorias que se deben realizar inmediatamente por peligro de muerte, esto es el lavavajillas no funciona... clama el cielo! ningún ser humano puede lavar los platos a mano cuando conoce la eficacia, la comodidad, y el placer que dá que una máquina te susurre al oído el conocido fish... fish... fish... del agua mientras acaricia tu vajilla diaria y tú te adormeces en la silla de la cocina con la cantinela de sus vaivenes mientras repasas la prensa dominical, en zapatillas con pijama y totalmente anti sexy.

La lavadora puede ser otra pieza de arreglo urgente pero gracias a dios no nos conocemos, sí la he reparado pero nunca hemos intimado, ella me respeta y yo le dejo su espacio, somos incompatibles.

Las otras reparaciones, son las que se tienen que hacer y te lo recuerdas cuando lo ves, pero dan pereza, no son importantes, son las que tocan los mismísimos cada vez que aparecen en tu horizonte visual. En esta ocasión y debido a unas intensísimas lluvias torrenciales, realmente fue el diluvio municipal y sucedió... si la memoria no me falla hace unos seis o siete meses o si falla, que me falla, más tiempo... Pero no conviene desviar la atención en mi falta de atención sino en lo que nos interesa, que es el diluvio y el desconchado que se hizo en el techo o en los techos diversos vaya, contagiándose unos a otros como de una gripe viral de temporada. Poco a poco una pequeña mancha que se convierte en el doble y se multiplica y luego la pintura te advierte: "¿A que me tiro encima tu cama mientras te encuentras entre los brazos de morfeo, y te pego el susto de tu vida? " Pues rebobinando...... Ese finde tocaba arreglar todo eso, muy a mi pesar... Refunfuñando como un cascarrabias grrrr..mmk fgred.. huyu...jai grrr... Me pongo manos a la obra.... “hands to the building ” y sin tapar ná porque desconocía la magnitud de la enfermedad, hago una cata en la pintura y veo que es pan comido... Se quita un poco, plis plas aguaplás y a otra cosa mariposa, si te he visto no me acuerdo y dime de qué presumes y te diré de qué careces.

La primera habitación fue como he dicho pan comido. La otra me esperaba como cazador tras la mata, y me acertó de lleno en toda la frente... Placa-placa!! Haciendo uso de una frase memorable del fabuloso fontanero de “El Milagro de P.Tinto”, gran película!.... “si hay que sanear, se sanea”... el que suscribe, rasqueta en mano riki-raka-riki-raka voy saneando, jajajajajaja, disculpad que me ría pero es que la imagen es completamente patética, se va quitando la capa de pintura y nunca es suficiente, como el que se quita una pielecilla del dedo índice y acaba pelándose el brazo..jeje o como el que ajusta las patas de una silla...huy está coja! ris-ras le corto un pedazo, vaya ahora del otro lado.... ris-ras... y así hasta quedarse con una silla 15 centímetros más baja que las demás y encima coja. jur jur jur.... entonces voy pelando el techo de pintura. Dos malditas bolsas del mercadona llenas hasta la bandera. Seis kilos en cada una. La habitación sin cubrir y mi mujer, paciente, esperando el resultado del saneamiento masivo a gran escala. El polvillo del techo hay que quitarlo y ataviado con una lija del tres rish-rash me meriendo todo el techo, lleno de polvo blanco todo la habitación que ni Ray Liotta en Goodfellas, me cago en la leche Merche, con el rish-rash ha sido la debacle, el colofón de fin de fiesta en Río. Dale que te pego y tras la nube de polvo blanco unos ojillos que asoman amenazantes ¿tú me quieres ayudar o enterrar?

Entre los dos adecentamos el lugar, aspiramos a conciencia, y quedó pulido y preparado para pintar, pero otro día. Y me dio tiempo a preparar la comida, hacer un delicioso flan de postre y ver como se le jodió la carrera al asturiano.

Sobrevivir a un domingo hogareño no es fácil, pero ¿quién dijo que lo fuera?

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