sábado, 19 de abril de 2014

La chica de las trenzas

Es una mañana de abril de esas especiales que la brisa suave lleva consigo multitud de recuerdos. El aire cargado penetra por las fosas nasales y descarga imágenes directamente en tu retina, entonces tus ojos se quedan absortos en la taza de café, sin parpadear, ya no necesitan humedecerse, el cerebro se hace eco de historias vividas y empiezas a ver la película. A todo color o en tonos de sepia, tanto da. Importa el contenido.
La chica morena luce un vestido estampado de colorines y debajo unas finas medias ocre; una larga cabellera negra recogida en dos trenzas perfectamente elaboradas que caen graciosas sobre sus hombros. En la mano sujeta una botella de cerveza que de no ser ella podría resultar ordinario y vulgar, y sin embargo, la cadencia del brazo esbelto al acercarse el cuello de la botella a los delgados labios se hace elegante en cada sorbo, cada refrescante trago hace un marco envidiable digno de fotografiar. Cruzamos miradas pero no despierta interés en mi. No dejo de observarla siendo indiscreto, ofensivo quizás. Cruzo el umbral y me acerco despacio. Me mira como me acerco pero aparta la vista de nuevo haciéndose la interesante.
-Hola  -le digo, mientras me agacho apoyando una mano en la mesa.
-Hola -responde.
-No te creerás lo que te voy a decir, pero esto ya lo hemos vivido antes y me darás la razón. -le digo.
-No te conozco de nada. -responde sin interés.
Me meto la mano en el bolsillo de la americana y saco el anillo de plástico con corazón rosa.
-Se te ha caído esto mientras andabas y he venido a ponértelo. -le suelto.
Por primera vez me enseña los dientes imperfectos y suelta una carcajada.
-Creo que no es mío. - me responde, mientras vergonzosa intenta taparse la boca con la mano.
Intento calmar su pudor con una sonrisa.
-Sabía que me dirías esto. Estaba preparado para ello.
Y mientras cojo su mano delicada la miro a los ojos y le coloco el anillo que encaja a la perfección.
-No digas nada, sabía que era tuyo. Es como el zapato de cenicienta.
-jajajaja -Se ríe de nuevo. -Los anillos de las patatillas encajan en cualquier dedo.
-Ostras ¿no me digas?... jajajjaaja  De verdad, no sabía cómo acercarme a ti y he usado el comodín del anillo. Siempre da resultado.
-¿Siempre? me responde -un poco con cara de indignación.
-Vale, no es del todo cierto. Sólo funciona con chicas que llevan coletas perfectamente trenzadas y beben cerveza de botella.
-jajjajaja -rie de nuevo-. ¿Eres de Barcelona?
-No, he venido especialmente a conocerte a ti. Pero ando con prisa.. te doy mi número y me mandas un whatsapp.


sábado, 25 de enero de 2014

2MIL14

Un año más para que la rebelión de las máquinas sea una farsa. Nunca una máquina dominará al hombre. Nunca un HAL 9000 con su ojo rojo tendrá poder sobre nuestras decisiones. Siempre habrá hombres tras las máquinas que dominarán a otros hombres. 
En marzo de 2012 escribí esto.... 

No iba desfasado... nada ha cambiado. Estamos completamente drogados. Y no hay condición social que resista a la tentación. En la cola del paro... con un el último modelo de superpantallaca a todo color. Es que me lo regala la compañía... Y un cuerno!!.. Eres tonto y no tienes solución.

Y el whatsapp qué aplicación... qué cojones... vaya tela. Donde o revisas cada palabra que metas en el grupo, cada exclamación y cada mayúscula o prepárate a recibir leches de por todos lados.
Donde lo impersonal se hace personal e intransferible, donde las frases pesan, las fotos condenan, las mayúsculas duelen a gritos y nunca se calla uno, siempre tiene que decir la última palabra.  Tras esta sencilla y práctica app se esconde el Dr. No... o quizás la bella Sophie Marceu  "Elektra en The world is not enough". Estamos enganchados... pronto habrá centros de desintoxicación de smartphones y tablets pero  no físicos.. noooo No habrá un edificio... habrá que bajarse la aplicación que inhibirá tu puto cerebro del siglo XXI.
Wellcome 2014 Vamos!!