Todo eso viene por la insensatez sobrealiente de los pseudociclistas palmesanos. Esos que reivindican su supremacía dominadora al frente de los velocípedos, pero por encima de to quisqui.
No hay conciencia ciclista. Los holandeses llevan desde la segunda gran guerra, con bicicletas. Tras ella, las carreteras destrozadas por las bombas. (Independientemente del resquemor con el pueblo alemán, pues los bombarderos de la Luftwaffe intentaron con denuedo acabar con las presas para inundar los Paises Bajos) Ahí es cuando se aprovecharon del famoso dicho mallorquín: “ja que hi som” (ya que estamos) y rehicieron las carreteras y vias con carriles para bicicletas hasta los 19.000 Km. actuales. Y con ello descongestionaban el trafico rodado que veía como las bicicletas retrasaban la circulación. Pero coño, nos llevan años de ventaja en todo esto.
Pero aquí queremos emular a los paises europeos y no queremos ser menos. Entonces a los conductores de automóviles nos quitan un carril y lo ponen para las bicis, ¿no quieres caldo? toma dos tazas. Problemas de atascos, congestión circulatoria, en verano se junta el parque automovilístico de alquiler. Supongo que dentro de poco también pagarán un impuesto por circular en bici. O todos moros o todos cristianos, porque si no, hay para giñarse en los muertos más frescos del inventor de tanto carril y tanta gilipollez. Impuesto de circulación para bicicletas, triciclos, velomotores y patinetes a motor o vela. Y el tontolaba ese que lleva una bicicleta tuneada, con quince espejos retrovisores y el manillar levantado al estilo Harley. Que lo crujan por tonto. Y es que les hacen sus carreteras, se las pintan, les ponen semáforos…pues a pagar.
Pero lo que clama al cielo, es la conducta del presunto ciclista. El ciclista estándar no sabe de reglamento, no le importa por donde va. Solamente le interesa pedalear y con las manos en los bolsillos enseña al mundo lo bien que lo hace. Se toca los cojones de los pasos cebra para peatones que les han pintado en su hermoso carril color terracota.
Va cambiando, ahora carril bici…. Ahora cruzo por el paso cebra de los peatones y me sorteo a la vieja, fiuuu!! 10 puntos. Ahora llevo el ritmo de Black Eyed Peas y le meto por la calzada y en contradirección, no pasa nada.
Juro que casi me cargo a un hijoputa porque no tiene otro nombre, que me viene directo hacia mi coche y tengo que frenar para no pasarle por encima, le meto claxon a tope. Es mi único pataleo. El cabrón me señala con el dedo corazón inhiesto hacia las nubes. Hay que joderse. Que mala leche.
Salgo de casa. Meto un pie en la acera, justo cuando viene el primo del que casi me cargo y me dice ehhhhh!!! cuidado!!! Debe ser un problema sanguíneo o venéreo, joder. Me pasa a 40 por hora y casi me arrolla y encima como si fuese mi culpa. Pone pies en polvorosa. Cobarde!!
Todo eso no pasa en Ámsterdam, te podrán robar la bicicleta, pero hay un respeto mutuo por el conductor de coche por el tranvía o por el peatón. Leches!!
Que no hay conciencia. Si dentro de poco veis que el blog no se actualiza, ya sabéis donde encontrarme. No vengáis en bicicleta.
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