domingo, 9 de enero de 2011

Buenos y soleados días de enero.


A pesar de estar en la estación más asquerosa del año, hay que agradecer a quién corresponda: al cambio climático, a la capa de ozono, a los HFC, a las ingentes cantidades de CO2 que esta España nuestra desecha por las chimeneas o por los balcones o yo qué sé lo que pasa en esta casa. Al menos en esta isla nuestra, señor@s estamos a 18 grados día 9 de enero de 2011. Y vamos cuesta abajo.
Sí, aunque se hable de la cuesta de enero. Es cuesta, que no pendiente. Para abajo, con viento en popa, tensadas las jarcias y aparejos y con todo el trapo del que disponemos, siempre surcando no los mares sino los meses.
Porque digo yo, cuando acabamos el año allá por el 31 de diciembre, como suele ser, miras el calendario, -cualquiera vale. Siempre son de regalo,- el que viene con la Fotogramas-, el de las Cajas de Ahorro, es lo único que regalan en todo el año, jeje. El del chino cutre como de pajilla con barritas arriba y abajo y anilla pa colgar o incluso el de algún soltero que dispone de almanaque a todo color de la Man, la Pirelli o similar donde unas mozas que nunca pasan frío nos marcan los meses a toque de pezón. Todos valen para descubrir que desde enero bajas a febrero, marzo, abril..... y así sucesivamente, como una reacción en cadena.
Pozí, 18 grados no es para echar cohetes, pero todo lo que sea aumento de temperatura a fin de no tener que ir tapado como un esquimal a por la barra de pan ya es buena señal.
Te puedes cruzar con las primeras atrevidas , alguna que con el solecito aprovecha para lucir bajo una camiseta ajustada, su tuneado regalo de reyes, ansiosa por poner a prueba la graduación de las Afflelou de los viandantes y conductores. Donde las interjecciones del tipo ¡¡Dios mio!! ¡¡Madre Dios!! ¡¡Cristo bendito!! se exclaman sin pretensiones religiosas.
Pero uno, que es muy tonto, no se fia ni de su puta sombra y no se quita la ropa de abrigo hasta llegada la ocasión. Que llega.

A un amigo mío lo que más le jode del invierno es la visita al mingitorio y tenerse que sacar el artilugio con las manos frías. Y es que no hay consuelo, es molesto, aunque pensándolo bien las féminas lo tienen bastante peor para la micción invernal, ya que hay que sumarle al frío, las capas de vestimenta y las acrobacias para no tocar las infectas partes del urinario. Y es que según me han contado hay charquito en el de las damas al igual que lo hay en el de los varones , que algunos parece que tienen una regadera de esas de alcachofa entre las piernas que sacan para usar como el que riega los geranios del balcón. Maldita sea.

Pero solo faltan 161 días para el verano, en un fiuuu nos pasa el invierno, bueno antes llega la prima, esa que solo trae picores de narices, alergias y demás chuminadas y luego ya sí. Sin más dilación "el verano" la estación que dura más, donde los días son más largos que las noches, para poder aprovecharlos, para vivirlos y disfrutarlos, donde el solsticio de verano (sol quieto) el 21 de junio a las 17:17h para todos los que vivimos al norte del ecuador (lo siento gordo jodete un poco y chupá invierno) abriremos las puertas del hombre. En el ambiente respiraremos la fragancia de la sandía y el melón, nos embriagará el sabor de la fruta fresca y dulce en nuestro paladar sediento. El aroma de hierba recién cortada, nos despertará por la mañana. Y las paellas de marisco en una terracita junto al mar nos recordarán la grandeza de estar vivo, la magnitud de la experiencia estival. Y por la tarde el mediterráneo nutrirá la piel y el salitre nos la exfoliará y los enamorados pasearán de la mano ajenos al mundo, apolíticos, lejos de las guerras, de las deudas soberanas, de la subida del gasoil, del paro y de la reforma de las pensiones y pensarán en aquel maravilloso verano del 11, en que las estrellas brillaban para ellos.
Y a escasos metros, los niños jugarán sin cansarse en los columpios y por la noche haremos barbacoas y la carne tierna con sabor del humo de carbón deleitará a los comensales y beberán cervezas frescas y la ensaimada rellena de nata endulzará nuestros ánimos. El café amargará nuestros temores y el gintonic nos aturdirá entre risas y gritos hasta bien entrada la madrugada.
Los 30 grados los soportaremos con una ducha de agua fría y aún mojados nos tiraremos en la cama.
Al día siguiente nos despertaremos con la sensación de haber aprovechado al máximo nuestras vidas y daremos gracias al astro sol por su aparente movimiento.
Pero para todo eso todavía nos falta un poquitín. Mientras tanto, a los que os gusta el frío encended vuestras chimeneas y acurrucaros junto al fuego, taparos con las mantas y beberos un caldo caliente. Encended la calefacción y retiraros pronto que oscurece temprano. Mirad por la ventana y no veréis a nadie en la calle, ni en los parques, ni tan siquiera a los enamorados paseando, ellos también están esperando el amor del verano. Hay que joderse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario