Y mañana la tele da agua y pasado también y el otro ya ni lo miro. Porque estamos en abril y ya lo dicen: en abril agua mil y supongo que así ha de ser, por mucho que nos pese a los que deseamos a toda costa un verano caluroso de -qué calor rediós sólo se está bien dentro del agua-.
Y el asunto es que tengo adicción y adición a la risa, lo primero porque soy adicto y lo segundo porque siempre sumar y siempre añadir. Adicto a los doble s sentidos, al reír por reír, porque me gusta la acumulación desbordante de las endorfinas, (alguna vez he explicado lo que son) que haya muchas y por doquier, por aquí por allá por arriba y por debajo. La risa es el instrumento gratuito que tenemos los hombres para hacer más llevadera la carga. Es capaz de todo, uno puede tener un mal día pero cuando la risa pone la directa y coge las riendas, es que no hay vuelta atrás, es una risión...., un grado de supremo bienestar.... la mandíbula desencajá y se te olvida la mochila de veinte kg. a nivel del mar que llevas en la espalda. Tal cual, es el Redbull vitaminado que te mete pilas en la sangre y graaatissss. No hacen pagar por ello y eso que siempre hay el soso que tiene sentido del ridículo...
- Ay mira ése que papelón hace !!!! Se creerá gracioso y todo!!
Pero si es que eso es lo de menos, si alguien se divierte bromeando, y lo hace.... y con ello hace olvidar por un instante -a algún despistado- que la vida a veces tiene su lado crudo y que hay mucho gilipollas y mucha tontería suelta en busca de hombres de gimnasio -preferentemente musculados y sin pelo en el cuerpo y mucho pelo en la frente- para poseerlos de raíz... Si alguien digo.. por un instante se olvida y disfruta, ya habrá valido la pena.
Entonces, la máxima es que hay que pasarlo bien, es la asignatura pendiente que tenemos con nosotros mismos.
Y el domingo estrenamos programa de Andreu Buenafuente y su grupo en A3. Aquél jovenzuelo que ya prometía en TV3 en el programa de Mikimoto y que hoy en día trabaja con los mismo amigos que tenía en La Salle de Reus, que siguen siendo sus amigos y máximos responsables de la factoría de El Terrat. Un adicto a la risa -quien ésto escribe-, estará encantado de seguirte, por reír por olvidarme un poco de la triste realidad. Que en esta Europa nuestra puede ser que vayamos atrasados en cuentas y seamos los últimos de la cola si cabe, intervenidos próximamente en sus pantallas. Pero de risas y de humor no nos llegáis ni a la suela de los zapatos.. Lo llevamos en los genes de por vida. Y eso nos hace grandes, muy grandes. Viva España y viva el humor y la risa fresca de la mañana, de la tarde y de la noche... y si es con dos copitas ni os cuento.... jajjajajaja
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